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El hospital del futuro

Estado del Arte

No es nada nuevo hablar de los lazos entre música y salud. A lo largo de la historia de la Humanidad, todas las civilizaciones y pueblos han conocido los poderes curativos de la música, y del arte en general. En la Prehistoria ya se creía que la música poseía la capacidad de aliviar la angustia y el propio sonido se consideraba poseedor de un origen divino. Los griegos recurrían a diferentes timbres de voz para sanar enfermos.

Los primeros estudios científicos realizados vinculando música y salud se llevaron a cabo tras la Primera Guerra Mundial, en Inglaterra y Estados Unidos, como medida terapéutica para superar el estrés postraumático de los soldados.

Ampliando el foco al carácter terapéutico del arte, más allá de la música, las últimas dos décadas han sido cruciales para marcar el camino de la investigación: se cuentan más de 3.000 estudios en la materia.

En noviembre de 2019 supuso un hito que la Organización Mundial de la Salud (OMS), a través de su Oficina para la Región Europea, sacara a la luz un análisis pionero de 900 publicaciones científicas de todo el mundo a través de su informe What is the evidence on the role of the arts in improving health and well-being? La Health Evidence Network de la OMS hizo un llamamiento sin precedentes a los gobiernos de la región europea para que incluyan las artes en sus políticas de salud y bienestar, dirigidas no solo a la promoción y prevención de la salud, sino también la gestión y tratamiento de la
enfermedad.
El informe de la OMS concluye que «involucrarse en el arte, ya sea bailar, cantar o acudir a museos y conciertos ofrece una dimensión añadida a cómo podemos mejorar nuestra salud física y mental», según Piroska Östlin, directora regional de la OMS para Europa.

«Debemos incluir el arte y cultura en el marco de la atención sanitaria ya que producen grandes beneficios para nuestro cuerpo y nuestras emociones»

Senado de España, 2020

En la región europea, los avances en la materia siguen diferentes ritmos, pero van progresando poco a poco. En el Reino Unido —muy avanzado en la aplicación de las prácticas artísticas en el ámbito sanitario— por ejemplo, existe ya el concepto llamado «Arts in health», que cuenta con gran respaldo institucional por parte de todos los partidos del Parlamento. El All-Party Parliamentary Group on Arts, Health and Wellbeing publicó en 2017 un completo informe sobre cómo aplicar de forma creativa las artes para mejorar la salud y el bienestar de las personas, desde la infancia hasta la vejez.

En España, el Senado emitió en septiembre de 2020 una declaración institucional al Gobierno de España donde instaba a considerar la cultura como bien esencial. El texto original recoge toda una declaración de intenciones, que debería indicar la pauta a seguir en los próximos años: «Debemos incluir el arte y cultura en el marco de la atención sanitaria ya que la música, el arte y las actividades culturales producen grandes beneficios para nuestro cuerpo y nuestras emociones».

En numerosos estudios e hipótesis recogidos por la Biblioteca Cochrane están descritos los diferentes efectos que la música y el arte provocan en el organismo humano. Entre otros:

Efectos físicos: disminución de la tensión arterial, de la frecuencia cardiaca y respiratoria, aumento del peristaltismo disminuyendo las náuseas.3, 4, 5, 6, 7

Efectos bioquímicos: aumento de neuromoduladores o neurotransmisores, mejoríadel sistema inmune.8, 9, 10

Efectos psicoemocionales: disminución de la ansiedad y de la percepción del dolor.11, 12, 13, 14, 15

Efectos cognitivo-intelectuales: estimula la imaginación y la creatividad y facilita el aprendizaje, la memoria y el funcionamiento ejecutivo.16, 17, 18

Efectos sociales: favorece el diálogo y la relajación de tensiones grupales.

Desde Cultura en Vena, además de querer demostrar de forma científica algunos de estos efectos positivos de la música en las personas, queremos contribuir a las prioridades de Salud 2020 (Health 2020. A European policy framework and strategy for the 21st century19) y al 13º Programa General de Trabajo 2019-202020 de la OMS. Por todo ello, esperamos que nuestro trabajo contribuya a seguir añadiendo piezas para construir una sociedad donde el arte y la salud avancen de la mano.