Ahora contamos con nuestra experiencia absolutamente positiva del Proyecto MIR, pero además, recientemente, ha aparecido todo un marco institucional y científico que nos habla de la necesidad de incorporar las prácticas artísticas en las políticas sanitarias.
Ahora sabemos que la cultura tiene una responsabilidad hacia la salud, y también, que el sector sanitario tiene un aliado en la cultura para conseguir sus fines: cada día estamos más cerca de ver una exposición en una sala de espera, o escuchar un concierto a pie de cama como parte de la realidad cotidiana en un hospital.