Autora: Pepita Palotes (mamá de un Pequeño Paciente)
Hospital Comarcal de Inca (Palma de Mallorca)
Emociones que encontrarás en este cuento: sorpresa, miedo, amor
Bruno era muy imaginativo. Corría grandes aventuras con Plumas, su amigo el loro.
Pero de noche el miedo solía visitarlos. Aunque aquella noche iba a ser diferente…
Tendría que resolver un código.
A cambio conseguiría la valentía suficiente para vencer al miedo.
Bruno era perspicaz e ingenioso y no tenían tiempo que perder…
Ese código empezaba con unas letras: JV.
Tal vez se trataría de las iniciales de un personaje de cuento, un científico, o un inventor…
Pero de noche el miedo solía visitarlos. Aunque aquella noche iba a ser diferente…
De repente un cohete apareció y Bruno pensó que se trataría de las iniciales de Julio Verne y su cuento “De la tierra a la luna”.
Después de un maravilloso viaje espacial, acabaron inmersos en el océano como en el cuento ”Veinte mil leguas de viaje submarino”.
Siguieron descifrando el código y después venían las iniciales: LDV. Bruno y Plumas llegaron a la conclusión de que dichas iniciales se correspondían con el gran Leonardo da Vinci, ya que uno de sus sueños era volar.
Al bajar del globo les tocó pilotar un artefacto que guardaba cierta semejanza con el ornitóptero: la genial máquina voladora de Leonardo.
Bruno, que era un devorador de libros interesantes con los que realmente aprendía de verdad, le contó a su amigo que Leonardo pasó incontables horas observando el vuelo de los pájaros y de los insectos para poder llegar a realizar su diseño.
–Así es, de una buena observación puede surgir un gran aprendizaje –dijo Plumas.
Emocionados, resolvieron el próximo acertijo que se refería a las tres torres de ese enorme castillo que se vislumbraba a lo lejos.
Sin dudarlo ni un momento pusieron rumbo hacia allí.
Bruno, que era un devorador de libros interesantes con los que realmente aprendía de verdad, le contó a su amigo que Leonardo pasó incontables horas observando el vuelo de los pájaros
En la entrada del castillo les esperaba un amable guardián.
Ahí estaba la última pista.
Seguro que si le pedían educadamente las llaves a la fierecilla, se las daría…
Esas llaves abrían la cámara del mago, que les dio la pócima milagrosa y un escrito con las instrucciones a seguir.
Agotados y felices habían puesto remedio a su mal…
Pero de repente algo terrible ocurrió. A Bruno se le escapó el frasco y, aunque Plumas salió volando tras éste ya era demasiado tarde, todo el líquido se derramó sin poder salvar ni una sola gota.
Aunque en realidad el escrito no hablaba de instrucciones de uso, sino que se trataba de un mensaje para Bruno.
El mensaje decía así:
“Querido Bruno:
El sueño de hoy contiene la clave que buscas contra tus temores, es muy sencillo, no necesitas beber ninguna pócima que te dé superpoderes para vencer al miedo, ya que el superpoder está en ti.
Has sido valiente como ninguno, y sin dudarlo ni un momento te has adentrado en parajes inexplorados, y te has sabido enfrentar a lo desconocido, has sido perseverante y tenaz hasta lograr tu objetivo.
Tu fuerza interior y tu gran imaginación han vencido al miedo. Recuérdalo siempre, Bruno: el superpoder está en ti. Valora esta diferencia que posees , deja volar tu imaginación e intuición y confía en ti y no quieras limitarte pensando de forma ordinaria como la mayoría, porque debes saber que todo lo que no es ordinario no es raro ni extraño sino simplemente: “extraordinario”.
Tu fuerza interior y tu gran imaginación han vencido al miedo. Recuérdalo siempre, Bruno: el superpoder está en ti.
Después de esa noche vinieron las siguientes noches y el miedo volvía a visitar a Bruno…
Pero a partir de ese día, Bruno supo utilizar su imaginación a su favor y convertir un mundo gris en un mundo de color.
FIN.