Francisco de Goya y Lucientes
Muchachos trepando a un árbol
1791-1792
Óleo sobre lienzo
141 x 111 cm
© Museo Nacional del Prado
P000803
Goya representó en muchas ocasiones el mundo de los niños. Esto no es un caso aislado: en el siglo XVIII surgió un creciente interés por la educación y las posibilidades de la infancia, como corresponde al afán de progreso de la Ilustración. Los niños de Goya son, sin embargo, algo diferentes. Acercándose a las condiciones reales de una escena campestre, Goya pinta aquí a los niños descalzos, con jirones en la ropa e incluso con la enfermedad de la tiña, quizá por haber estado en contacto con animales. Frente a este realismo nos preguntamos qué paisaje será ese, o cuál será el misterioso castillo medieval que no logramos identificar del todo. ¿Quiénes son estos niños? ¿De dónde vienen? ¿Alguien que tiene una capa y un sombrero vive de manera ambulante? Una cosa sí sabemos: en la infancia aprendemos a buscar soluciones. Si no hay escalera, no importa. Siempre es posible trepar a un árbol, apoyándote en alguien que esté cerca.