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CULTURA
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Pequeños pacientes, grandes lectores

Microrrelatos

Autora: Laura, 17 años
Escrito en el Aula Hospitalaria del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (Santander)
Emociones que encontrarás en ente cuento: sorpresa


CUMPLEAÑOS

Me acabo de despertar, son las 10:00 y es mi cumpleaños.

Ayer me dijeron mi regalo: elegir qué hacer durante todo el día. Podríamos ir a la playa, hacer una ruta, al cine, hacer fotos, cortometrajes, un parque de atracciones. Hay un montón de posibilidades. Hay que valorar todas. Empiezo a hacerme un plano mental, levanto la vista y miro el reloj.

Me tengo que dormir, son las 00:00 horas y ya no es mi cumpleaños.

 

UN MUNDO IRREAL

Froté la lámpara y salió un genio, pero un genio un poco diferente al que se encontró Aladdín. Me pidió que escribiera en un papel tres deseos, y que por cada uno de ellos se me daría un contradeseo. No entendí muy bien a qué se refería, así que accedí. Mi primera petición fue viajar al pasado a ver a los dinosaurios. Su condición fue: viajas sin el móvil. No parecía tan difícil.

Llegué al Jurásico y empecé a observar todo a mi alrededor, era increíble. Metí mi mano en el bolsillo para sacar una foto para mi hermana. Ahí entendí todo. Volví a mirar a mi alrededor y regresé al presente.

Mi primera petición fue viajar al pasado a ver a los dinosaurios. Su condición fue: viajas sin el móvil. No parecía tan difícil.

El genio me preguntó cómo fue el viaje a lo que conteste tirando el móvil contra el suelo, seguido de un “no lo necesito para ser feliz”. El genio sonrió y entre risas me pidió leer mi segundo deseo. Miré la lista y leí “el nuevo iPhone”.

 

LA CANCIÓN

Estaba sentada en el autobús cuando empezó a sonar LA canción. Supongo que ya sabéis de qué canción hablo, es esa que nos acompaña en cada momento y dependiendo del día o la ahora puede hacernos bailar o llorar durante horas. Sin embargo, ahora no conseguía sumergirme en ella.

Levanté la vista y empecé a observar a la gente de mi alrededor. Justo delante de mí se encontraba un señor algo inquieto que no paraba de mirar su reloj y a su lado dormía un bebé. Al otro lado había una niña jugando con una muñeca y enfrente una anciana mirando su pulso en la muñeca.

Supongo que ya sabéis de qué canción hablo: esa que nos acompaña en cada momento y dependiendo del día o la ahora puede hacernos bailar o llorar

De pronto la canción se paró. La batería del móvil se había acabado hace tiempo.

Estaba sentada en el autobús, estaba creando mi propia canción en mi cabeza. Esta sí sería LA canción.

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