Autora: Julia Lozano Cogolludo
Alumna de CEIPSO Santo Ángel de la Guarda (Chapinería)
Emociones que encontrarás en este cuento: alegría y sorpresa
Capítulo 1:
Hola, me llamo Maya, vivo en Málaga y tengo 10 años pero dentro de 3 días cumplo 11. Tengo un hermano muy pesado que se llama Jorge, también tengo un perro que se llama Toni, es un perro de agua super mono.
Capítulo 2:
Todo empezó un día en el colegio, estábamos Marta, mi mejor amiga; Alonso, un niño muy majo de clase (no digo que me guste eh, solo aviso); Jack, mi compañero de biología, Adriana, mi segunda mejor amiga, y yo, jugando al pato al agua. Total, yo estaba escondida y encontré un papel muy amarillo con pinta de ser muy viejo. De repente, Jack y Marta chillaron a la vez:
—¡Aquí!
Capítulo 3:
Me acerqué asustada a ver qué pasaba.
—¡Mirad lo que he encontrado!— dijo Jack.
—He sido yo— dijo Marta.
—Venga chicos, no os peleéis—dijo Adriana.
De repente, yo estallé: —¡¿Se puede saber qué habéis encontrado?!
—Yo he encontrado esto—dijo Marta señalando un papel igual que el que había encontrado yo antes.
—Pues yo este otro—replicó Jack, señalando uno exactamente igual. Alonso, que hasta ahora había permanecido callado, dijo muy serio: —¿Los habéis leído?
—Jack y Marta dijeron a la vez: No.
Capítulo 4:
Les llevé a donde me había escondido, todos miraron con asombro el pergamino. De repente Adriana chilló:
—¡¿Los leemos?!
—No—dijo Alonso muy serio
—¡Pero Alonso! ¿Qué te pasa? ¡Estás muy serio, me estás asustando! ¡Suelta lo que ocultas!—dijo Adriana muy alterada
Capítulo 5:
Al final, leímos lo que ponía. La seriedad de Alonso al final significaba miedo. Esto era lo que decía la carta: “Por favor, atendedme, no hagáis lo que haría la gente. Vosotros sois especiales, buscad y lo encontraréis”.
Capítulo 6:
Me tiré toda la tarde investigando el tema, lo único que encontré fue la palabra ‘superpoderes’ escrita con tinta invisible. ¿Qué quería decir con ‘superpoderes’? ¿Y con “vosotros sois especiales”? Me tiré en la cama y me dormí.
Capítulo 7:
Al día siguiente, mentí a mis amigos diciéndoles que no había encontrado nada y quedaron en que fuéramos a una lagunilla para intentar descifrarlo juntos.
—No puedes hacerlo todo tú sola-había dicho Marta.
Por la tarde, ya en la lagunilla, me senté y dije:
—No ha venido Jack.
Capítulo 8:
—¡Sí he venido!
—¡¿Quién ha hablado?!
—¡Yo! ¿Quién va a ser si no?—dijo la voz.
—¡Qué es el fantasma de Jack!—dijo Marta con ironía.
—¡Qué no!—dijo la voz.
—Me estoy asustando—dijo Alonso, que es un miedica.
—A ver, ¡qué soy yo, Jack!—dijo la voz.
—¡AHHH! ¡Jack¡ ¡Qué susto! ¿Dónde estás?—dijo Adriana, que hasta ese momento no había dicho ‘ni mú’.
—¡No lo sé, estoy tan asustado como tú!
—Está noche voy a tener pesadillas—murmuró Alonso.
—¡A ver!— todos se quedaron callados con mi chillido-¡Estamos desarrollando superpoderes! ¡Lo he leído en el mensaje!
Capítulo 9:
—¡¿QUÉEE?!
—¡Si! ¡Siento haberos mentido! ¡Pensé que era mentira!
—Haber, recapitulemos—dijo Adriana, que le gusta mucho ‘recapitular’, como ella dice.
—Tenemos superpoderes, aunque algunos no tengan síntomas.
—¡Ey, estoy desapareciendo!-dijo Marta.
—Cómo yo—dijo Jack, que por fin había aparecido.
—Jo, ¿y yo qué, eh?—dijo Adriana.
—Prueba a despegar.
—¿Y si me mato?—preguntó.
—No te vas a matar, estoy segura—respondí.
Adriana probó a despegar y… ¡¡¡ESTOY VOLANDO!!!
Capítulo 10:
Solo faltaba yo. Me concentré y… eché a correr súper rápido. De repente, yo paré en seco.
—Tenemos que utilizar los superpoderes de alguna manera especial.
—Es verdad—saltó Marta. ¡Como los superhéroes!
—Por ejemplo, ayudando a la gente—dijo Adriana.
Capítulo 11:
—¡Cumpleaños feliz! ¡Cumpleaños feliz! ¡Te deseamos todos! ¡Cumpleaños feliz!
—¡¡Bravo!!
—Uff, estoy súper cansada.
—Venga, te espera abajo una sorpresa—dijo mi madre, sin hacer caso de mi comentario.
Capítulo 12:
—¡Sorpresa! —gritaron mis amigos y dejaron al descubierto… ¡un skate nuevo!
—¡Muchísimas gracias chicos!-dije mientras les daba un achuchón.
Esa tarde lo pasamos bomba. Cuando llegó la hora de dormir (ellos se quedaban a dormir) comentamos lo que había pasado el día anterior. Llegamos a la conclusión de que hay cosas que no podemos llegar a saber con exactitud.
Al día siguiente, cuando bajamos a desayunar, nos quedamos quietos delante de mi arbusto Marlana. ¡Estaba brillando!
—¡Siento un chisporroteo! ¡Cómo si hubiera alguien encendiendo mis poderes!—dijo Adriana.
—¡Es verdad!
Capítulo 13:
Quedamos en que no se lo íbamos a decir a nadie, era muy raro todo, sobre todo la planta Marlana que parecía nuestro centro de poder. Si se lo contábamos a alguien no nos creería y nos tomarían por locos.
