Buy Zolpidem Online From India Order Zolpidem Tartrate Online Buy Zolpidem Online Cheap Zolpidem Mail Order Buy Ambien Online Uk
Saltear al contenido principal

CULTURA
GALERÍA
Pequeños Pacientes, Grandes Lectores 4

Los mundos desconocidos

Autora: Lola
Alumna de CEIPSO Santo Ángel de la Guarda (Chapinería)
Emociones que encontrarás en este cuento: alegría, sorpresa

Capítulo 1. Navidad. 

Hola, soy Julia y os voy a contar mi historia. ¡Vamos a ello! ¡Qué ganas! 

Un día fui al campo para una boda. Tenía muchas ganas, fui con mi mejor amiga Luna. Su hermana también quería ir, se llama Billie. Le encanta patinar pero tiene 2 años. Su madre, Vega, se puso de mi lado y del de Luna y le dijo que más tarde saldría a patinar. Billie accedió a quedarse. Mientras buscábamos, nos íbamos metiendo más y más en el bosque. 

Cuando estoy con Luna siento que estoy segura y eso me encanta. Pero volviendo al cuento, te diré que de repente vimos una rama y, por curiosidad, la seguimos. Parecía infinita. La rama seguía pero nos paramos a descansar y vimos un sitio muy diferente. Era un ‘mundo de la navidad’. Todo estaba lleno de nieve, nos sentimos un poco perdidas. 

De repente, un muñeco de nieve vino. Era muy amable, se ofreció a ser nuestro guía y aceptamos. Nos enseñó su casa, su árbol de navidad era gigante y muy bonito. El muñeco de nieve se llamaba David y nos enseñó todas sus tradiciones, aquí tienes dos: 

  • Siempre come toda la familia junta y se espera. 
  • No se pueden tirar bolas de nieve sin acordar hacerlo los dos. 

A Luna y a mi nos encanta este sitio pero tenemos que seguir investigandole dijimos.

Nos enseñó su casa, daba mucho miedo y los cuadros se movían solos.

Capítulo 2. Halloween. 

Seguimos persiguiendo la rama durante dos horas y paramos a merendar. Resulta que ya no era navidad, era Halloween. Teníamos un poco de miedo, todo se lo tomaban muy enserio. Llamé a mi madre y dijo que estaban patinando ella y Billie y que tenía que colgar. 

Luego vino una bruja y se ofreció a ser nuestra guía. Sin más opción, aceptamos. Nos enseñó su casa, daba mucho miedo y los cuadros se movían solos. Luna tenía mucho miedo pero se acostumbró rápido y empezó a disfrutarlo. Nos enseñó una tradición: 

  • Siempre de aperitivo comen chuches de ojo y le echan salsa roja… ¡Está muy rico pero da mucho miedo!.

Nos fuimos a dar una vuelta y vimos un montonazo de monstruos. Nos compramos unas escobas. La bruja se llamaba Paula y nos enseñó a volar con la escoba. Luego aprovechamos y barrimos un poco. Al rato nos invitó a cenar en su casa porque ya era tarde y nos quedamos a dormir. Lo que cenamos fue: Muslo de Frankenstein, alas de murciélago y gorro de bruja asado. ¡Estaba muy rico! ¡Pero daba mucho miedo! 

También mientras cenábamos nos contó unas curiosidades. Estas son algunas: 

  • Allí siempre es de noche. 
  • Te puedes casar con un monstruo que no sea el mismo que tú. 

A la mañana siguiente le dijimos a Paula: 

Nos encanta este sitio pero vamos a seguir investigando. ¡Adiós! 

Capítulo 3. El mar. 

Al rato de seguir persiguiendo la rama, vimos otro mundo, ¡era el mar! ¡Y podíamos respirar! Era genial. Una sirena se acercó y dijo: 

¡Hola, soy Andrea! ¿Queréis que sea vuestra guía?

le contestamos, y nos llevó a su casa. Para entrar había una cortina de conchas preciosas. 

Andrea nos llevó a su cuarto decorado con cosas del mar. De mascota tenía una tortuga llamada Luna. Luna, mi amiga, dijo: 

Yo también me llamo Luna, como tu tortuga. 

Luego fuimos a dar una vuelta por ahí. Al final acabamos comiendo en un restaurante. Comimos ‘hamburguesa marina’, un poco rara para nosotras, pero, eso sí, ¡RIQUÍSIMA!

No sabíamos qué hacer, así que fuimos a la feria. Probamos un juego en el que siempre ganábamos: Consistía en ver quién aguantaba más el aire. Ella aguantó ¡2 horas! pero Luna y yo siempre ganábamos y mola ganar. Andrea nos contó algunas curiosidades: 

  • Se duchan con aire. 
  • Nunca, ni por dinero, puedes comer pescado. 
  • No tienen animales de la superficie como mascotas. 
  • Ellos lloran aire en vez de agua. 

Luego nos despedimos de Andrea y seguimos la rama. Esta vez era nuestro mundo. Al poco de llegar, un pitido me sorprendió. ¡Era mi despertador! Llegaba tarde al cole. Resultó ser todo un sueño. Eso sí, mañana es la boda y tengo que ir a coger flores. ¿Quién sabe lo que pueda pasar? 

Volver arriba