Francisco de Goya y Lucientes
Las gigantillas
1791–1792.
Óleo sobre lienzo.
137 x 104 cm
© Museo Nacional del Prado
P007112
Quisiera ser tan alta como la luna, tan alta que pueda tocar el árbol y agarrarme a las ramas, o coger bellotas como hacen los ciervos. ¿Y cómo lo hago? Creo que probaré a subirme en ti, o en ella. Tú me aúpas sobre los hombros y así veo toda la sierra. Me entra la risa porque me siento una torre con calzas, una gigantilla que lleva sombrero. Aquí arriba se encienden los colores, y todo parece más vivo porque ha cambiado la luz. ¡Ay, que me caigo! Pero espera, cógeme de los tobillos y así haces fuerza mirando hacia abajo. Si yo no puedo, busco a alguien que pueda ayudarme. Si somos muchos, podemos más; cuantos más seamos, más manos tenemos. No me hace falta quedarme en mi cuerpo, porque sé que el calor de todos construye una fuerte red. Un cacillo para atrapar a la luna, que ya no está tan arriba (ahora me mira porque ya estoy a la misma altura). Con mi cabeza estoy donde yo quiera estar. Con tus manos y con las de ellos vamos donde queramos ir.