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CULTURA
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Pequeños Pacientes, Grandes Lectores 4

La historia de Noa

Autora: Noa
Alumna de CEIPSO Santo Ángel de la Guarda (Chapinería)
Emociones que encontrarás en este cuento: amor, tristeza

Había una vez en el año 2024 nació un bebé en Madrid, en el Hospital de Móstoles. Se llamaba Noa. Fue una bebé muy juguetona y muy alegre. Toda su familia la quería mucho y pasaba un montón de tiempo con su abuelo. Estaba todo el día sin parar y también dormía mucho. Era una buena niña y un día fue a la guardería por primera vez. Como era tan amigable conoció a María, Natalia, Covadonga, Adriana y Charlotte. Pero con las que más le gustaba estar era con María, Natalia y Covadonga. Formamos un grupo, “La chupipandi”. 

Pasábamos todo el día juntas en la guardería y cuando pasamos a infantil empezamos a pelear. Yo seguía igual, estando todo el día con mi abuelo. Seguía igual de traviesa, dormilona, juguetona y feliz. Cuando llegué a los tres años, en mi cole, los niños de cuarto de primaria se reían de un niño o una niña de tres años. 

En tercero hicimos un grupo nuevo “Las chatas”. En ese grupo estaban Adriana, Charlotte, Natalia, Covadonga, María, Carmen y yo. Todo iba bien hasta que llegaron los problemas con el grupo de “La chupipandi”. Después de tantos problemas se solucionaron y en cuanto se solucionaron todo fue a mejor (menos mal). 

Estaba harta y aunque pasé momentos malos y también buenos, el año estuvo genial. Conocí amigas geniales como Charlotte y Adriana y todo lo demás fue genial.

Me animé porque me levanté y en mi tocador había un regalo.

En cuarto creo que también hubo problemas pero menos. También hubo buenos. Pero bueno todo fue bien, me encantó el año. Pensaba que no iba a tener cumpleaños porque me porté mal. Pero aunque me tiré una semana llorando, llegó el día de mi cumple y me puse guapa. 

Me animé porque me levanté y en mi tocador había un regalo. Desayuné y me vestí. Tenía al perro de mis abuelos, se llamaba Puscas y fui a casa de mi padre porque estaba mi prima Leyre. El perro de mis abuelos no quería que se acercara nadie a mi. Luego mi madre me dijo que a las seis me recogería, que estuviera lista. Llegaron las seis, bajé porque mi madre estaba debajo de la casa de mi padre. 

Yo pensaba que iba a mi casa pero mi madre me dijo que iríamos al bar donde ella trabajaba a por una sudadera. Cuando subimos a por la sudadera estaban todos mis amigos esperándome. Su regalo tenía que ir a recogerlo en su casa. Todas mis amigas estaban nerviosas y yo les decía: “¿Qué os pasa? Si solo es un regalo”. Llegó Adriana con un transportín. Yo me emocioné. 

Le di un abrazó a mi amiga Adriana, abrí el transportín y había una perra. El nombre elegido fue ‘Princesa’. Me encantó, fue mi regalo favorito. La madre de Adriana, Vanesa, me dijo que la perrita estaba destinada para mí. Ese día fue genial y así es mi historia. 

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