Autora: Arancha Rebeca Canet
Paciente del Hospital Niño Jesús (Madrid)
Emociones que encontrarás en este cuento: amor, alegría y calma
Porque siempre voy a estar a tu lado Peter, y juntos superaremos esta enfermedad, y volveremos a hacer muchas cosas juntos.
Érase una vez un niño llamado Peter que vivía con su madre. Un día Peter se encontraba mal, así que su madre lo llevó al médico. Cuando llegaron el médico lo revisó, y se quedó con una tristeza en la cara.
— Señora me temo informarle que su hijo tiene leucemia
— No, no puede ser, y ¿qué le harán a Peter?
— Le pondremos quimioterapia y lo ingresamos para tenerlo controlado.
Cuando llegaron a la habitación, la madre de Peter se echó a llorar.
— No puede ser, mi pobre Peter, se te está cayendo el pelo.
— Lo sé mamá, pero no te preocupes, los médicos me ayudarán a ponerme mejor.
— Eso espero, pero estoy muy preocupada.
A pesar de que la madre de Peter estaba muy preocupada, Peter no perdió la esperanza. Pasaban los días y Peter cada vez se encontraba peor.
— ¡Mamá! Mira me he quedado calvo— Peter se puso a llorar.
Entonces su madre hizo algo que Peter no se esperaba: se rapó el pelo con una máquina de afeitar.
— ¡Mamá! Pero… ¿por qué lo has hecho?
— Porque siempre voy a estar a tu lado Peter, y juntos superaremos esta enfermedad, y volveremos a hacer muchas cosas juntos.
Pasaron los días y Peter, a pesar de que sufría, no perdió la esperanza. y su madre no paraba de apoyarle, abrazarle y besarle. Y un día el médico les dio una gran noticia ¡Peter se había recuperado! Y muy contentos él y su madre salieron del hospital e hicieron muchas cosas juntos: jugaron a juegos de mesa, fueron al cine, a centros comerciales, viajamos a muchos sitios y sanas y fuertes vivieron felices.
