Autor: Miguel Heruzo Dueñas
Alumno de CEIPSO Santo Ángel de la Guarda (Chapinería)
Emociones que encontrarás en este cuento: ira, sorpresa
Érase una vez un chico llamado Pepito que fue a buscar moras al bosque. Llevaba una cesta para coger las moras. Cuando ya tenía la cesta llena de moras exclamó:
—Oh, ¡un búho!
El búho se acerca y le dice:
—¿Me das las moras?
—Claro.
Cuando le va a dar las moras pasa una liebre corriendo y le quita la cesta. Pepite dice: —Pero, ¿eso qué era?
El búho le contesta:
—Era una libre.
—Vamos a seguirla—dice Pepito.
De repente vieron la cesta con las moras que iba río abajo.
Estuvieron siguiendo a la liebre pero había niebla y la perdieron de vista. Estuvieron siguiendo sus huellas y por fin la vieron a lo lejos. La liebre se había parado junto a un lago. Se dieron cuenta de que la cesta no estaba y le preguntaron a la liebre:
—¿Dónde está la cesta con las moras?
—Se me ha caído al lago-dice la liebre.
—Si no me hubieras quitado la cesta, no habría pasado nada. ¿Ahora qué hacemos?
¡Se pusieron a pensar! Los tres hicieron un equipo para encontrar las moras. De repente vieron la cesta con las moras que iba río abajo.
—¡Rápido, vamos a seguirla!
—Claro, nadando.
—No hombre, hay una barca. ¡Vamos a cogerla!
Tras dar un buen paseo en la barca, estaban tan concentrados en coger la cesta que no vieron llegar un gran pájaro volando. El pájaro se llevó la cesta con las moras.
—¡Nos vamos a caer por la cascada!—dijo la liebre.
¡Se fueron directos al abismo!
Pepito consiguió agarrarse a una rama y sujetó a la liebre. El búho salió volando. Tras varios esfuerzos de Pepito consiguió poner a la liebre a salvo.
—¡Qué alegría, tenemos que celebrar que estamos sanos y salvos!—dijo el búho.
—Pero antes tenemos que coger las moras—dijo Pepito.
—Sí, pero ahora vamos todos juntos.