Autora: Vega Martín Díaz
Alumna de CEIPSO Santo Ángel de la Guarda (Chapinería)
Emociones que encontrarás en este cuento: sorpresa, miedo, ira
Capítulo 1. La luz verde
Había una vez una niña que se llamaba Elody. Todos los días veía una luz verde que llegaba hasta arriba del piso en el que vivía.
Un día se cansó de verla. Se lo contó a su amiga Anita. Utilizaron ‘de excusa’ que Anita se iba a quedar a dormir en casa de Elody, y se durmieron. A las 05:00 h se despertaron y fueron al piso más alto. Vieron muchos cuadros.
—Qué raros son—dijo Anita con angustia.
Investigaron mucho pero volvieron a casa sin respuesta. Al día siguiente también subieron al piso más alto. Al subir vieron otros cuadros distintos a los del día anterior.
Capítulo 2. La escalera
Al subir vieron una baldosa de la pared que se había salido un poco. La apretaron y ‘se abrió’ una escalera muy grande. Cuando acabaron de bajar la escalera, gritaron las dos a la vez: ¡¿Hay alguien?!
—Eh, ¡vosotras! Aquí abajo-dijo alguien que no conocían. ¿Qué hacéis aquí?-dijo un enano muy enfadado.
—¡Bueno! Venid, venid. ¡Tú, ven rápido!
—¿Quién, yo?—dijo Anita.
—¡No! La otra.
Elody se acercó. El enano la observó durante un rato y dijo acelerado:
—Rápido, por aquí.
—¿A dónde?
—A un sitio que no sea peligroso.
Entraron por una puerta muy grande y aparecieron en un bosque precioso.
—¿Dónde estamos?—preguntó Elody.
—¿Qué sitio es este?—dijo Anita al instante.
El enano les explicó que habían ido a un sitio mágico.
—¿Y qué pintamos nosotras aquí?
—No hay tiempo para tantas preguntas. Otro día os lo diré.
—Pero, ¡¿no vamos a volver?!—dijo Elody asustada.
—Ya, ya veremos.
—Pero yo quiero ver a mi familia—dijeron Anita y Elody.
—Nosotras nos vamos ya.
—¡No! No os podéis ir—dijo el enano temblando.
—¿Por qué tiemblas?
—Por nada—dijo el enano temblando aún más.
Capítulo 3. El libro
—Oye, por cierto, no nos has dicho tu nombre.
—Willow. Mi nombre es Willow. Ya hemos llegado.
—¿A dónde?
—A la torre. Es un sitio mágico como este bosque. Vamos, entrad, entrad. Esperadme un poquito y no toquéis nada.
Al segundo, Anita ya estaba tocando cosas. A su lado había una puerta medio abierta. Entraron silenciosamente, vieron un libro interesante, lo cogieron a escondidas y se lo guardaron detrás de la espalda.
—Ya estoy aquí—dijo Willow. Venid, venid.
Entraron en la sala que habían espiado justo antes y… CONTINUARÁ.