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CULTURA
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Pequeños Pacientes, Grandes Lectores 4

Daniela contra su miedo

Autora: Giovana Nicole Rojo Bautista
Alumna de CEIPSO Santo Ángel de la Guarda (Chapinería)
Emociones que encontrarás en este cuento: miedo, asco, alegría

Había una vez, una niña llamada Daniela, que tenía mucho miedo a las arañas. Entonces un día, cuando estaba paseando a su perrita Princesa, se encontró una araña y se asustó muchísimo. De repente escuchó una voz que decía: “No te asustes, no tengas miedo, no soy mala, Daniela”. Curiosa, se acercó a ver de dónde venía esa voz, hasta que se dio cuenta de que ¡venía de la araña! Se asustó pero fue valiente y decidió preguntarle: 

 ¿Hablas? 

La araña le respondió: 

 ¡Claro! 

Daniela:  Pero si eres una araña. 

Araña:  Bueno, pero podemos aprender. 

D:  Jajaja, ¡qué guay! 

A:  ¿Me sigues teniendo miedo?

D:  Un poco. 

A: ¿Por qué?

Daniela se quedó pensando. 

D:  Porque tienes muchas patas y no sé, de cerca das miedo, pero intento no tenerlo. 

A:  Bueno, entonces, ¡te puedo ayudar! 

D: Bueno vale. 

Daniela miró a su alrededor y encontró una jaula. La cogió y la araña preguntó: 

 ¿Para qué es eso?

Daniela le respondió: 

 Te sigo teniendo un poco de miedo, así que te trasladaré con esto señalando la jaula. 

A:  Ah vale, ¡pero ten cuidado! 

Entonces fueron a la casa de Daniela. Cuando llegaron, dejaron a Princesa en el patio y fueron a la habitación de Daniela. Entonces la araña le dijo: 

A:  Vamos a hacer una prueba. ¿Por qué te asustan las arañas?

D:  No sé. 

A:  Bueno, mañana vamos al garaje y así intentaremos quitarte el miedo. 

Al día siguiente, Daniela quiso ir al garaje pero cuando fue a despertar a su amiga, ¡había desaparecido! La buscó por todas partes pero no la encontró. Se puso súper triste, así que fue al garaje para terminar lo que dijeron. 

Cuando encontró una araña fue súper valiente e intentó hablar con ella para sentir menos miedo. La cogió y súper rápido, y sin hablar, la llevó a su habitación. La dejó en su mesilla y tragó saliva. Poco a poco fue acercando la mano hasta llegar a ella, cogió un papel y ¡la puso en el techo! 

D: ¡Puaj! 

Intentó seguir con sus cosas y ¡se olvidó de la araña! Cuando la vio: 

D:  ¡Anda, que se me había olvidado! ¡Se me ha olvidado! ¡Sí! 

Después de una semana, Daniela se tropezó en su patio y ¡vio a su amiga! Se puso súper feliz y se lo contó todo. Se pusieron súper felices y siguieron haciendo amigas y amigos juntas. Se hicieron una amiga llamada Alba, otra araña, y después un amigo llamado Hugo, pero él era humano. Encontraron otra amiga, Billie. Se empezaron a ayudar y con ayuda de sus amigos, ya no tienen miedo.

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