Autora: Natalia Mosquera
Paciente del Hospital Niño Jesús (Madrid)
Emociones que encontrarás en este cuento: amor, sopresa y calma
Era una mañana tranquila en la floristería “Flores entre palabras”, así se llamaba exactamente. Vendríamos flores, evidentemente, pero no flores ordinarias, flores mágicas. Flores que hablaban por sí solas. Una rosa decía un “te amo”, unos lirios contaban un “perdón” y los girasoles susurraban “amistad.” Había plantas de todo tipo y con cada flor, le alegrábamos el día a la gente, esa era la verdadera magia.
Había plantas de todo tipo y con cada flor, le alegrábamos el día a la gente, esa era la verdadera magia.
Solo con una entrega, una persona era feliz, sonreía, era especial, era encanto, chispa. Se asimilaba a un abrazo caliente, un beso lento, una risa tímida, unos ojos brillantes que cuentan historias como nuestras plantas, las flores de la floristería “Flores entre palabras”.