Autor: Darío Molero Gaspar, 12 años
Paciente del Hospital Universitario Fundación Alcorcón
Emociones que encontrarás en este cuento: alegría y miedo
Un día una gran familia compuesta por los dos abuelos de parte de madre y parte de padre con dos hijos se fue de vacaciones a Brasil. Cuando llegaron se dieron cuenta de que el clima era muy caribeño, por lo tanto, era muy caluroso. Nada más llegar se fueron a la playa. A los niños, al principio, les costó comunicarse, como a los padres y abuelos. Al cabo de tres semanas, ya se comunicaban perfectamente. Gracias a eso los niños hicieron muchos amigos con los cuales se lo pasaban muy bien. Los padres les dejaron mucha libertad a sus hijos, ya que sus amigos se conocían todas las calles, les dejaban salir hasta por la noche. Muchas veces mucho más tarde de lo que les decían sus padres, pero no les castigaban, total era verano podían disfrutar lo que quisieran. Una noche los niños con sus amigos encontraron a un vagabundo. A los niños les dio pena así que decidieron ayudarle de alguna forma. Cuando todos llegaron a casa se lo contaron a sus padres. Así que de esa forma los padres se pusieron de acuerdo para darle dinero y un oficio bastante buen en el cual era muy feliz, el vagabundo no sabía cómo agradecérselo a los padres.
Así que de esa forma los padres se pusieron de acuerdo para darle dinero y un oficio bastante bueno en el cual era muy feliz, el vagabundo no sabía cómo agradecérselo a los padres.
Otro día les intentaron quitar sus pertenencias, pero sus amigos que eran más mayores les defendieron y los espantaron. El 1 de septiembre volvieron cuando acabó el verano. Ellos y sus amigos de Brasil seguían hablando, aunque fuese por teléfono se seguían llevando muy bien.
Bueno, esto ha sido una bonita historia de verano.