Autor/a: Anónimo, 14 años
Paciente del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús (Madrid)
Emociones que encontrarás en este cuento: alegría, sorpresa, miedo y calma
Érase una vez, un niño llamado Marco estaba jugando fútbol con sus amigos. Él era un niño sano, deportista y que tenía buena salud, pero eso cambiaría cuando iba a chutar el balón y sintió un pinchazo en la parte trasera de la pierna. Marco creía que era solo un pinchazo, pero no fue así. Por la noche no podía dormir.
Al día siguiente seguía con dolor intenso, fue a comunicárselo a su madre, pero ella no le creía. En ese mismo día le dejó de doler, entonces pudo dormir mejor.
Al cabo de dos semanas, Marco estaba en el colegio como todos los días bajando las escaleras cuando de repente, volvió a sentir un pinchazo. Al volver a casa, se lo comunicó a su madre y de vuelta le ignoró, así pasó durante 3 meses hasta que un día, la madre le llevó al médico. Cuando llegaron, fueron a la consulta y el médico le dijo que tenía que ir a hacerse una radiografía para saber que tenía en la pierna. Cuando fue a hacerse una radiografía le encontraron una pequeña lesión en el isquion derecho y tuvo que ingresar en el hospital de Valdecilla para poder hacerle pruebas, debido a esas pruebas le trasladaron a Madrid. Marco al enterarse de ello, empezó a llorar porque tenía miedo de ir a un sitio lejos de casa y separarse de la familia, pero al cabo de unos minutos comprendió que era lo mejor para él.
A los dos días de la noticia, Marco fue a Madrid con su madre y con su padre. Cuando llegaron a Madrid, fueron al hospital donde se hizo unas pruebas que le comunicaron que tenía cáncer. Al oír esto Marco empezó a llorar ya que eso significaba que se tenía que alejarse de sus abuelos y eso no le gustaba. A día de hoy Marco está en su tercera quimioterapia, pero está feliz porque se va curar y va a salir con mucha fuerza.
Pero está feliz porque se va a curar y va a salir con mucha fuerza.
