Autor/a: L., 13 años
Escrito en el Aula Hospitalaria del Hospital Niño Jesús (Madrid)
Emociones que encontrarás en este cuento: sorpresa, miedo
Había una vez un chico, Finn, que vivía en una casa con su perro. A Finn le encantaban las aventuras y siempre estaba en busca de ellas.
Un día Finn y su perro fueron a por un regalo para un amigo, y para llegar a la tienda necesitaban recorrer un largo camino, y lo que no sabían es que iba a ser mucho más emocionante de lo que pensaban.
Primero, tenían que pasar por el bosque, ya que Finn vivía en las afueras. Una vez recorrido todo el bosque, tenían que pasar por el puente más largo de toda la zona. La verdad que este no tenía demasiada buena fama, pero aún así, Finn y su perro lo cruzaron sin ningún miedo. La próxima parada era la estación, donde tenían que coger el tren del andén 83. Se habían oído rumores de que en este tren no pasan cosas normales, como que las cosas se movían solas. Hasta se rumoreaba que algunas personas que subían al tren no volvían a salir.
Se habían oído rumores de que en este tren no pasan cosas normales, como que las cosas se movían solas
Pero eso a Finn no le importaba, ya que no creía en nada de eso y subió al tren sin ningún problema. Una vez los dos dentro, todo parecía normal, nada fuera de su sitio. Pero una vez pasado el primer túnel, algo raro pasó. Una señora que iba sentada enfrente de Finn desapareció por arte de magia al salir del túnel. Al principio nadie le prestó demasiada atención, pero al pasar el segundo túnel, otra persona desapareció, y entonces se desató el caos.
La gente empezó a volverse loca, y todos temían ser los siguientes en desaparecer. Se acercaba el tercer túnel y Finn necesitaba un plan, y tenía que ser rápido. Todavía quedaba mucho de viaje y estaba claro que las desapariciones no iban a parar así como así. Llegó el tercer túnel y, evidentemente, alguien desapareció.
Entonces se oyó al maquinista. Dio un mensaje que decía lo siguiente: “Se realizará una parada de emergencia, se ruega a todos los pasajeros que abandonen el tren”.
Pero de pronto el maquinista se dio cuenta de algo: ¡los frenos del tren se habían roto! El tren iba ya a más de 100 kilómetros por hora y no parecía que fuera a parar.
Entonces llegó el cuarto túnel. Esta vez no parecía que nadie había desaparecido, pero Finn decidió investigar; efectivamente, encontró algo. El maquinista había desaparecido. Ahora sí que el tren estaba fuera de control…
¡Los frenos del tren se habían roto! El tren iba ya a más de 100 kilómetros por hora y no parecía que fuera a parar. Entonces llegó el cuarto túnel
Pero, entonces, pasaron el quinto y el último túnel. Y algo increíble pasó: ¡todas las personas que habían desaparecido estaban allí a salir del túnel! Y hasta el día de hoy el misterio del tren sigue sin estar resuelto y gente sigue desapareciendo. FIN.